Los biomarcadores son cambios fisiológicos que experimenta el organismo como respuesta ante una actividad tóxica. Son capaces de mostrar los efectos de un tóxico en el organismo antes de que se vean afectadas las funciones a nivel orgánico. Por esta razón son de gran utilidad, con carácter preventivo en la salud humana; pero también en la evaluación de la salud de la fauna silvestre, ya que aportan una información sobre su relación con los tóxicos ambientales que no sería posible obtener por cualquier otra vía.

Muchos de los mecanismos que utilizan los contaminantes con potencial neurotóxico no son aún bien comprendido pero se sabe que afectan a diferentes actividades enzimáticas importantes para el comportamiento, el aprendizaje, memoria y motivación , relacionándose también con el autismo, el trastorno por déficit de atención y el Alzheimer. Además, pueden aumentar el estrés oxidativo, las respuestas de defensa antioxidantes y, por tanto, la peroxidación de las membranas celulares, lo que podría comprometer funciones determinantes para la supervivencia de individuos sometidos a estrés inducido por la contaminación.

Con esta línea se busca analizar la respuesta de los biomarcadores de estrés a la exposición de contaminantes metálicos y proporcionar información valiosa sobre su neurotoxicidad potencial en cetáceos. Para ello necesitamos la aportación, a través de las redes de varamientos, de bastantes cadáveres en buenas condiciones, lo que a menudo lleva muchos años.

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